Medellín, julio de 2025
Después de seis exitosas ediciones en Bogotá, el festival más esperado por los amantes del vino llegó por primera vez a Medellín, llenando la ciudad de música, sabores y brindis a cielo abierto.
Del 11 al 13 de julio, el Parque Museo El Castillo se convirtió en el escenario perfecto para quienes disfrutan la buena mesa, las experiencias sensoriales y las historias que nacen con cada copa.

Un festival que Medellín hizo suyo

En esta primera edición, Vino al Parque Medellín reunió a más de 19 expositores de vino —entre bodegas boutique y etiquetas internacionales— y 10 expositores gastronómicos, ofreciendo un recorrido por más de 700 referencias que permitieron viajar por el mundo sin salir de la ciudad.
Cada vino, cada plato y cada experiencia se convirtieron en una historia compartida, creando el maridaje perfecto entre sabor, cultura y celebración.

Música que vibró al ritmo de la ciudad

La música fue el alma del festival. Durante los tres días, el público disfrutó de una programación diversa con bandas locales, artistas invitados y géneros que fueron del jazz al rock, del funk al flamenco, pasando por la música de plancha y el pop.
Una mezcla vibrante que reflejó la energía única de Medellín: una ciudad que no solo escucha la música, sino que la vive y la celebra.

Un pasaporte que llevó a Chile

Esta edición también incluyó el Pasaporte Vino al Parque, una dinámica que invitó a los asistentes a sellar su recorrido por las diferentes marcas y países presentes.
Cada sello fue una oportunidad para participar en un viaje a Chile con LATAM Airlines, para conocer los históricos viñedos de Santa Rita y conectar con la tradición del vino chileno.

Donde las historias florecieron

Vino al Parque Medellín fue mucho más que un festival: fue un espacio para descubrir, compartir y brindar.
Un lugar donde los desconocidos se hicieron amigos, donde el vino unió culturas y donde cada copa fue el inicio de una historia nueva.

Porque en Medellín, como en la vida, lo mejor siempre está por comenzar.
Nos vemos en la próxima edición… ¡y que nunca falte una copa para brindar!